viernes, 7 de junio de 2019

CLAVES DE UN BUEN LIDERAZGO

Buenas noches:

Para empezar, de entre la lista de competencias, he elegido la relativa a construcción y desarrollo de relaciones. Los motivos de la elección son debidos a la experiencia de los últimos años de dirección del anterior gerente de  nuestro centro. Desempeñó sus funciones directivas durante 9 años y sobre todo en los últimos 5 quedó muy de manifiesto su dificultad para liderar un equipo y saber motivar para obtener un objetivo común. Pienso que cuando se pierde el sentido de servicio público y se utiliza un puesto directivo como un acceso rápido a otros puestos superiores se hace un daño tremendo a la organización (que en mi humilde opinión no deberían ser permitidos por los superiores jerárquicos, ya que afecta negativamente a trabajadores y clientes). En nuestro caso, se creó un ambiente de desconfianza y rivalidad que exterminó radicalmente el buen clima de trabajo que hasta el momento se tenía. El adecuado clima laboral es la base para construir todo el entramado que va a posibilitar cumplir con la visión de la organización. Si los cimientos están viciados, está claro que la organización (tarde o temprano) terminará por derrumbarse. Podría hablar largo y tendido de las consecuencias de no cuidar el ambiente laboral, ya que yo recibí el encargo de tomar las riendas del centro tras el periodo de crispación y he experimentado lo difícil que es reconstruir un ambiente laboral viciado en sus relaciones y en el desarrollo de sus funciones y tareas.

En cuanto al decálogo propongo el siguiente:

1.- No tener miedo: a los retos; a dar explicaciones de tus acciones; a implicarte, a explorar tus límites (y reconocerlos); a corregir los errores; y sobre todo a EQUIVOCARTE (...y por supuesto a reconocer cuando te has equivocado)

2.- Ser sincero y coherente: Mirar siempre a la cara; no dudar ni mentir cuando una decisión ha sido reflexionada y madurada; ser consecuente con nuestras decisiones aunque supongan un perjuicio para nosotros.

3.- Ser objetivo: Aprender a ver las cosas con sensatez y realidad; no dejarte llevar por opiniones de otras personas sin confirmarlas; no discriminar a nadie ni positiva ni negativamente por afinidad o falta de ella.

4.- Ser pragmático: El conocimiento, las habilidades, actitudes, aptitudes y valores conceden la destreza de entender la estructura y funcionamiento de la organización. De ello se nutre la eficacia en la planificación, toma de decisiones y resolución de conflictos.

5.- Gestiona y reconoce el stress: El directivo debe ser resilente, saber gestionar el stress y no permitir que los condicionantes personales interfieran en su acción directiva. En última instancia debe saber gestionar también sus pequeños fracasos: somos humanos y estamos en un proceso continuo de aprendizaje, donde el error es una variable a tener en cuenta.

6.- Generador y divulgador de conocimientos: Sobre todo, en el ámbito asistencial (en el que me muevo) se debe potenciar la investigación de procesos, cuidados y tratamientos. Es un campo aun muy poco explorado en el área de la gerontología que debe ser potenciado desde las gerencias de los centros.

7.- No ser imprescindible: un buen gestor debe enseñar a su equipo a funcionar con una autonomía tal que le permita no dejar de funcionar cuando la dirección no está. Consiste en dar recursos, capacitar y emponderar al equipo para que funcione sólo. El gestor debe ser el mecánico que engrasa y supervisa la maquinaria, ajustándola cuando no da lo que se espera de ella.

8.- Mezclarse con "su gente" : debe conocer y tratar a sus empleados. Debe estar familiarizado con el centro, sus usuarios, familiares. No puede ni debe encerrarse en un despacho (ningún líder eficaz permanece oculto o aislado por mucho tiempo). Nuestro ambiente de trabajo no es un despacho, sino el organismo que dirigimos (estructura, personal, clientes, etc.)

9.- Innovador: Nos pagan para ser imaginativos y buscar recursos nuevos para afrontar situaciones disruptivas. No vale el "así se ha hecho siempre". Todas las mejoras organizativas nacieron ante la pregunta: ¿se podría hacer ésto mejor?

10.- No somos eternos: es obvio en el sentido corporal y finito de nuestra existencia, pero yo me refiero a que los puestos directivos deberían tener una fecha de caducidad. Nadie debería estar demasiado tiempo en un mismo puesto de gestión; no sería bueno ni para el gestor ni para los trabajadores y clientes. Es necesaria una regeneración periódica para aportar savia e ideas nuevas a una organización que no puede permitirse el lujo de estancarse y perder su sentido de servicio público.  

viernes, 31 de mayo de 2019

DAFO Residencia de Mayores

Buenas noches:

Quisiera compartir con vosotros la actividad del MÓDULO C. En ella os analizo de forma breve la situación del centro en el que trabajo. Un saludo y espero que os sea de provecho.


domingo, 19 de mayo de 2019

Un gesto admirable


Tiro de memoria, para haceros partícipe de un acontecimiento de vida que me hizo desear ser un buen gestor en un futuro. Ha sido la parte de la reflexión de Smith sobre la necesidad de interactuar con los usuarios de los servicios y desarrollar reflexivamente su propio sentido de vocación y deber público, el que me ha “movido” a compartir esta experiencia:
La primera vez que conocí de cerca a un GESTOR (las mayúsculas están intencionadamente puestas), fue en mis años de formación básica (E.G.B., allí por los años 1986). El director del centro (Agustín es su nombre y aun nos honra con su presencia), era una persona entregada a su trabajo, con amplias capacidades y habilidades sociales, que transmitía el placer de ejercer la labor docente y sobre todo que sabía crear un ambiente en alumnos y profesores de cercanía y empatía. Era un centro complicado, con alumnos conflictivos y situaciones familiares complejas venidas de todos los pueblos de Cádiz (existía un internado en el centro), mezcladas con hijos de familias humildes del barrio de “La Viña”. A priori aquello podía haber sido una “bomba”, pero el invento funcionó gracias, en parte, a la labor de gestión de su dirección y a su dedicación. Recuerdo que estaba rodeado de un buen equipo (jefe de estudios, pedagogos, profesores) y que casi siempre estaban “de risas”. Muy pocas veces lo vi cabreado, en parte porque no lo necesitó ya que infundía un gran respeto al alumnado y nunca rechazó una petición de ayuda de sus alumnos. Además fue un gran innovador, que inició en aquellos años 80: talleres de teatro, lectura, debate, poesía y un proyecto novedoso de radio escolar que se mantuvo durante casi 4 años (Radio Ola Escolar). En aquellos años se creó un grupo muy variopinto de alumnos de muy distintas procedencias y situaciones que confluían en una misma visión educativa. Recuerdo tardes y tardes de ensayo en el taller de teatro recitando a Lorca, con sus ojos puestos en nosotros y rectificando nuestros fallos de entonación e interpretación. Pasábamos mucho tiempo juntos y nos transmitió el gusto por la lectura, el aprendizaje y la amistad, aunque también por el respecto y la responsabilidad.

Aquella época finalizó y en 1988 se separaron nuestros caminos, sabiendo en mi interior que había conocido a un gran hombre. La sorpresa de este asunto es que 20 años después volvimos a encontrarnos profesionalmente, yo en mi puesto asistencial en un centro de mayores y él como Director del área de Igualdad de la Diputación de Cádiz. He tenido el privilegio de trabajar con él desde mi puesto de director de centro sociosanitario, teniéndole a él como superior jerárquico y comprobando que a pesar de los años no se han difuminado ni su entusiasmo, ni sus ganas de trabajar, ni su capacidad de “crear” grupos de trabajo eficientes donde la confianza y el respeto son elementos claves. Es un referente en la gestión y lo avala la cantidad de personas (alumnos, profesores, padres, personas mayores, familiares, asociaciones, etc.) que han pasado por sus manos y les ha gestionado una mejora, dentro de sus posibilidades, de sus vidas y expectativas.

Ha sido un referente durante toda mi vida personal, me ha formado como alumno y también como persona y finalmente he tenido la oportunidad de completar mi formación (ahora en el campo profesional) teniéndole a él como máximo responsable de mi ámbito laboral. Aspiro a ser la mitad de buen gestor que ha sido él y que en un futuro yo también puede influir tan positivamente en alguien como él lo ha hecho conmigo.

Como dice el refrán: “es de bien nacido, ser agradecido” y es de justicia reconocerle todo su mérito aunque sea de esta forma tan sencilla y humilde. Gracias por tanto, Agustín.

jueves, 16 de mayo de 2019

Herramientas digitales

Me sorprende la facilidad de uso de las herramientas digitales que estamos viendo en este tema y también su gran capacidad de difusión información